Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 2da Corintios 3:17
Un verano trabajé en una granja, cuidando a cientos de pollos y a dos gansos llamados Fred y Frank. Ambos crecieron en un mundo de pollos. Comían la misma comida que los pollos y compartían un pequeño cobertizo con ellos. Un día tuve una idea, había un estanque cerca y mi plan era dejar a los gansos libres, no cooperaron a medida que los sacaba del corral.
Fred y Frank llegaron al estanque moviendo rápidamente las alas. Por primera vez disfrutaban de libertad como gansos, no como pollos. Aunque Fred y Frank eran libres, no podían ignorar las llamadas de los cientos de pollos. Les tomó poco de tiempo hallar de vuelta su camino al corral de los pollos. Aunque los llevé de vuelta al estanque, los gansos nuevamente retornaron a su mundo conocido, al de los pollos.
Hay momentos es que soy como Fred y Frank. Quizás usted también ha luchado por vivir en la libertad que Dios ofrece, pero algo en su pasado le detiene. Nos debe animar el saber que Dios ha abierto la puerta y ofrece nueva vida y perdón. Dios se deleita en vernos vivir en libertad abundante.
Oración: Oh Dios, ayúdanos a ver las jaulas que nos aprisionan. Enséñanos a vivir en la libertad de tu Espíritu Amén.
Pensamiento Para el DíaDios sigue abriendo la puerta de nuestra jaula hasta que estemos listos para la libertad.
Oremos: Por todos los Freds y Franks en el mundo.
Autora: Dwayne K. Buhler
