La angustia deprime al hombre; la palabra amable lo alegra.
Mi trabajo es entregar la correspondencia dentro de una prisión de seguridad máxima. En mis recorridos diarios por las unidades individuales donde residen los presos, constantemente escucho las mismas preguntas y comentarios de los presos: ¿Tienes algo para mi? ¿Me traes alguna carta de mi familia o esposa?. Dame alguna noticia buena. Creo que todo el mundo se ha olvidado de mí.
No hay duda de que tales situaciones ocurren a diario en otras prisiones, centros de detención juvenil, hospitales, puestos militares, asilos para ancianos y otros lugares donde las personas puedan sentirse solas o abandonadas.
¿Qué podemos hacer? La palabra de Dios nos exhorta a alcanzar a quienes tienen corazones quebrantados, y dejarles saber que los apoyamos y los amamos. El expresar una palabra amable o el escribir una nota inspiradora puede alegrar a una persona que se siente sola, y hacer la diferencia en su vida. Lo comprendo porque no sólo entrego la correspondencia en la prisión, sino que también soy uno de los presos que están aquí.
Oración: Amado Dios, guíame hacia una persona sola y herida, y dame las palabras para animarla. Amén.
Pensamiento Para el DíaLas palabras de aliento tienen el poder de levantar a quienes están decaídos.
Oremos: Por las personas que se sienten solas.
Autor: Charles P. Axe
